domingo, 9 de septiembre de 2012


EL AMOR


He tenido la dicha de amar y ser amado.

He amado desde la bondad, desde la alegría, desde el corazón. He amado también con lujuria, con pasión, con entrega, con desespero.

He sentido el Amor, me he sentido amado. Y también he sentido el desamor que es otra parte del Amor.

He conocido seres maravillosos que me han acompañado en este recorrido. Han nacido seres especiales que me han brindado más que cariño, su sabiduría y su Amor.

He amado con bondad, con tranquilidad, con calma, con paciencia. He amado de todas formas, y de todas formas me han amado. Pero siempre queda algo por descubrir. Las dimensiones del Amor son infinitas.

He amado con el corazón y con la cabeza. He amado con los sentidos. Me he sentido feliz y desdichado. Y no me arrepiento de haber amado.

He hecho daño y me han hecho daño, pero es un daño relativo, más bien es un aprendizaje de que todo cambia, de que nada es eterno, de que nada permanece.

He amado como una ofrenda al creador. He amado con los sentidos, sin sentido.

Y aun así sigo amando. Amar es como respirar, es necesario, es nutritivo, es inevitable. Te llena de energía.

Amar es entregarse a la vida, a Dios y compartir con los otros seres el aprendizaje de esta vida, de este camino.

Gracias a Dios por el Amor.

He aprendido que el Amor va más allá de nuestras limitaciones, de nuestros egoísmos, y que cuando creemos que se termino, reaparece con una fuerza inmensa, insondable, telúrica.

El Amor es la esencia de la Vida. Es lo que nos interconecta, lo que nos relaciona, lo que nos nutre, lo que nos hace crecer, lo que nos hace creer, lo que nos enloquece, lo que nos da sabiduría, calma o locura, paz o inquietud.

Todo eso y más es el Amor.

He amado con límites, he amado sin ellos. He amado con pasión. He amado con calma. He amado con ternura, he amado con locura.

El amor te lleva de  la Alegría a la Tristeza o viceversa, pero sigue siendo Amor.

No te sientas mal por lo que la Vida te da o por lo que la Vida te quita. Nada te pertenece. Estas aquí de paso. Vive, disfruta, comparte, crea, ama, abraza la vida. Pero sobretodo ama el Amor.

El infinitésimo momento en donde dos almas se funden en una intensa unión, eso es como un Samadhi. Es la energía de la Creación.  Dios nos permite conocer muy por encima lo que es ese disfrute y nos pasamos la vida buscando sin encontrarlo en el lugar equivocado.

He amado con libertad. He amado con miedo. He amado con la mente. He amado con el corazón.

Todo llega cuando tiene que llegar y se va cuando tiene que irse. No controlamos el Amor. Viene y se va. Permanece. No como algo propio, sino como una enseñanza, un aprendizaje que nos permite crecer, vivir y morir.

Nacemos y morimos a la vida en cada momento, en cada instante. Así también el Amor. Vivámoslo con plenitud, con sabiduría, con entrega.

Amamos cuando nacemos. Amamos cuando morimos. Dios nos envía a este mundo envueltos por el manto del Amor, protegidos en el regazo de un Ser que nos necesita y nos guia cuando necesitamos transformarnos y seguir adelante. Asimismo, nuestra Vida terrenal termina cuando necesitamos transformarnos y seguir adelante, por Amor.

He amado con fuerza, he amado sin ellas.

He amado al amigo. He amado al enemigo. Pero sobretodo hoy me doy cuenta que amo al Ser.

Cuando entendemos que somos uno, que no somos algo separado del mundo, no somos nada sin los demás, que somos arte y parte de este Divino Universo, entendemos que somos Dios y que Dios es uno solo y cualquiera de nosotros en sus distintas formas.  El Amor existe porque somos Uno, y el Uno no se divide. El Amor es una propiedad intrínseca del Ser.

He amado con conciencia, he amado sin ella.

He amado con sentido, he amado sin sentido.

Pero ame egoístamente, no sabia como hacerlo de otra manera. El amor era buscar una satisfacción para mi ego.  Un esperar que tú reaccionaras cuando el que debía reaccionar era yo.

No me di cuenta de que el Amor no es egoísmo. El Amor es Puro, Pleno, Inmenso, Infinito, Eterno. El Amor esta en Todas partes, en todo momento. Solo hay que saber reconocerlo.

En la sonrisa de un bebe, en la alegría de un niño, en el abrazo de tu padre, en la bendición de tu madre, en el regaño de la abuela, en la palmada del abuelo, en la palabra de aliento del amigo, en la palabra descuidada del enemigo. En la mirada preocupada del estudiante, en la mirada enamorada de los novios, en las manos que se funden en un sueño. En el olor a tierra mojada, en el Sol cuando calienta tu cuerpo. En la lluvia fría que te hace correr. En la Luna que te alumbra, en los pájaros que cantan. En todos lados, en todas partes, en todo momento.

Es la espera, es la esperanza. Es todo, es nada. En fin es la vida. Es Dios.


Sadashiva

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